Etnografía y folclore del concejo de Cangas del Narcea

Cangas del Narcea › Principado de Asturias

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Descripción

La casa

En el concejo de Cangas del Narcea, la casa se construía con los materiales más abundantes en la zona, la pizarra y la madera, destacando el reducido tamaño de los vanos en los lugares altos. Hasta principios del siglo XX era habitual la cubrición con teito de paja de centeno. La distribución del espacio se hacía en dos partes; por un lado la cocina— habitación y por la otra la cuadra del ganado. Ambas estaban separadas por un tabique de tablas, que más tarde pasó a ser también de piedra. En el medio de la cocina estaba el hogar de fuego bajo rodeado del escano (banco corrido), sobre el que se coloca la mesa abatible para comer. En la misma estancia estaba el forno de cocer el pan y la masera para amasarlo. Otro mobiliario era la alacena, el vasar, los arcones de guardar la ropa y el bugadeiru, que era un tronco ahuecado para hacer la colada. El humo, que se escapaba libremente, además de contribuir a conservar la techumbre, servía para curar los embutidos y secar las castañas, mostrando la adecuación de estas construcciones a un medio físico adverso.

Quedan en el concejo algunas muestras que conservan estas características, aunque ninguna habitada, siendo la más conocida: casa Vaqueiro, situada en Brañas de Arriba, en las cercanías del puerto Leitariegos, que tiene aún el tejado de paja.

Ya a finales de s. XIX y principios del XX se renovaron las construcciones, siendo de planta rectangular y destinando la parte baja al ganado y la superior a habitación y pajar. Ya aparecen las alcobas y una gran sala, orientada al mediodía, que se usa para ocasiones especiales.

Hórreos y paneras

Son el complemento de la casa rural, sirviendo como almacén de los productos agrícolas. Al igual que las casas, en un principio tenían teito de paja, para posteriormente evolucionar a una cubiertas de losas.

Las paneras aparecen como consecuencia de la agricultura de la patata y del maíz, estando muchas de ellas adornadas con tallas, formando parte del conocido como «estilo Allande», en el que destacó el taller de Gabriel de Yriarte, un vasco casado en Iboyo (Allande).

Molinos y batanes

Junto a los mazos son los más destacados ejemplos de elementos que aprovechan la fuerza hidráulica para transformaciones de materias primas.

Distribuidos por todos los valles y cauces del concejo se conservan molinos, bellos ejemplos de los antiguos centros de transformación de los cereales en las tan necesarias harinas que alimenten a personas y ganados.

Respecto a los batanes, hoy tan sólo se conservan en el recuerdo de los más mayores y en alguna reproducción museográfica, pero a principios del s. XX aún se conservaban en torno a la decena, muestra de la rudimentaria forma de enfurtir o apelmazar las producciones textiles rurales.

Bailes y danzas

El concejo de Cangas del Narcea es también depositario de un rico acervo folclórico, el cual irremediablemente va desapareciendo lentamente con las generaciones de los mayores; sin embargo, aún hoy son populares bailes como el son d´arriba o la jota, bailándose en las fiestas de los pueblos, bodas y otras celebraciones, mezclados con los ritmos actuales.

Acompañados por los pandeiros y castañuelas, las mujeres entonan cantares rítmicos y vivos. Son muy conocidos el son d´arriba, la jota punteada, las jotas de Cangas, Villarín, Trasmonte y Leitariegos.

Algunos cantares:

«Ahora sí que va el baile

El baile tomando vuelo

Porque lo bailan las mozas

Las mozas de junto al puerto.

Esti panderu que toco

Los aros son de zreizal

Ya las mozas que lu tocan

Son del pueblu de Moal»

Danzas de palos

Estas antiquísimas danzas, que se conservaron en la zona de Cangas del Narcea, Degaña, zona de la montaña de Ibias y el valle de Fornela en León, tienen en Cangas dos manifestaciones conocidas: la danza de Bimeda, que se bailaba en su fiesta patronal de San Pedro, la cual terminó adoptando la simbología de representar la lucha entre los españoles y los franceses. No se baila desde los años cincuenta.

De parecida factura es la danza de Larón, la cual sigue conociéndose y bailándose esporádicamente en el pueblo de Rengos. Los danzantes se disponen en dos bandos de seis personas, de los cuales 4 son guías (1 hace de juez), 2 son sobreguías y 4 son panzas. Además interviene un personaje ataviado estrafalariamente, conocido como el frasqueiro.

Portan dos palos cada uno, que cruzan y golpean en un intrincado ritual que se acompaña con xipla (flauta de pico de tres agujeros) y el tambor. Los trajes son de color blanco con una banda cruzada sobre el pecho y tocados con sombreros de paja adornados.

La música

Además de la tradicional gaita y tambor, comunes al resto de Asturias, también se escucha la xipla, flauta de tres agujeros, que junto con el tamboril acompañaba la danza de palos.

En la zona del puerto de Leitariegos era más usado el pandeiro cuadrado que es tocado por las mujeres para acompañar sus cantos y a cuyos ritmos se baila.

Las mujeres también usan las castañuelas, que son de gran tamaño y con tallas para bailes como el son d´arriba.

Menos conocido es la trompa o birimbao, conformado por una lengüeta de acero colocada en un armazón de hierro forjado y que se hace sonar usando la boca como caja de resonancia. Su fabricación está ligada a las fraguas y ferrerías.

El traje

La mujer se vestía con manteo largo de colores oscuros y decorado con cintas; la saya de color rojo o verde y mandil con rayas o dibujos de vivos colores. El cuerpo cubierto con blusa blanca y corpiño ajustado o un manto, cubriendo la cabeza con un pañuelo.

El hombre llevaba pantalones hasta la rodilla con botones en los laterales, sobresaliendo el calzón. La camisa sin cuello, con faja a la cintura, completándose con chaleco y chaqueta. El calzado eran los escarpinos y madreñas, o abarcas de piel.

Los juegos

El bolo vaqueiro es un deporte rural consistente en lanzar una bola de madera contra unos bolos, también de madera, que se colocan en línea sobre una piedra. Dependiendo del número bolos que se consigue tirar y de la distancia que éstos recorran (pueden sobrepasar la 1ª o la 2ª línea) se alcanzan diferentes puntuaciones.

Fuente: Ayuntamiento de Cangas del Narcea.

Concejo de Cangas del Narcea

Osos, vino, carbón, un Monasterio convertido en Parador, un bosque como Muniellos, una Reserva de la Biosfera y un sinfín de lugares recónditos en el municipio más extenso de Asturias y uno de los más grandes de España. Así es Cangas del Narcea.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Cangas del Narcea son: Allande, Degaña, Ibias, Somiedo y Tineo. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Cangas del Narcea, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de Fuentes del Narcea

El Suroccidente de Asturias es un verdadero paraíso natural. El Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco cuenta con espacios tan emblemáticos y exclusivos como la Reserva de Muniellos —el mayor robledal de Europa—.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Cangas del Narcea, Degaña y Ibias. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«Asturias, una hermosa región situada en el norte de España, alberga una gran cantidad de Bienes de Interés Cultural (BIC) que reflejan su rica historia y patrimonio cultural. Estos BIC, reconocidos por su importancia histórica, arquitectónica, arqueológica, artística o científica, son testimonios vivos del pasado y atractivos turísticos que atraen a visitantes de todo el mundo.»